"No se si quiero seguir jugando" Ariel Ortega

00:00 | RIVER / EL BURRITO:

¿CAPITULO FINAL?

“Puede ser que me retire”

Ortega, abatido, fue a la concentración el viernes a la noche y le pidió a Astrada no jugar hoy frente a Lanús. Aunque su decisión iría más allá: mal en lo personal y en lo futbolístico, ¿el ídolo dice adiós…? PABLO CHIAPPETTA | pchiappetta@ole.com.ar

De la lesión volvió desconocido. Ante Huracán y el Bicho no pareció él. Con Boca fue el peor.

“Mirá que el lunes voy a entrenar, eh…”.

Ariel Ortega le responde como puede a Olé. Es una clara y apresurada necesidad de despejar lo que todavía no se le había planteado. Es, también, la primera de las tres comunicaciones del día con el protagonista del día. A esa hora sólo se habla de su abrupta salida de la concentración. Sorpresiva, consensuada con el técnico y oficialmente con motivos reservados.

El diálogo se corta. Las versiones se acumulan. Los intentos de explicaciones del Burrito también. “Son temas personales, nada más. No es que iba a ser suplente ni nada. Y ojo que estoy al borde del desgarro”. En cada conversación se desnuda una comunicación trenzada, dañada por una tormenta climatológica y otra personal, evidentes ambas, aunque mucho más profunda la segunda que la primera.

Ariel Ortega volvió a deprimirse. Se siente otra vez aturdido por una insaciable tempestad que no lo abandona. Y así sus palabras se quiebran como la cintura del mejor Orteguita, zigzaguean indescifrables, van de acá para allá. Al último ídolo de River se lo escucha abrumado. Muy abrumado. “Puede ser que me retire”, acepta una hora después, cuando ya habían pasado casi 19 desde que le había comunicado a Astrada su decisión de, cuanto menos, no jugar hoy.

El jujeño llegó el viernes a la concentración del Monumental diez minutos antes de la hora estipulada (23.30) y, según varias personas que lo vieron, en buen estado. Charló con Almeyda, su compañero de habitación. Y después, le pidió hablar al Jefe. Ahí le comunicó al técnico que no se quedaría. Al rato, Hernán Díaz y Carucha Corti se sumaron a la reunión, pero ninguno logró convencerlo para que siguiera junto al resto de los jugadores hasta el duelo de esta tarde contra Lanús. Apenas si pudieron plantearle que se tomara la noche libre y que fuera a la práctica de la mañana siguiente. Nada. No apareció ayer y para algunos dirigentes resultó imposible hallarlo en su celular. “Ariel vino y me pidió irse. Hicimos lo posible para retenerlo, le pedí que no se fuera, pero no quiso. Los motivos quedan entre el jugador y el cuerpo técnico”, le explicó Astrada a Olé. El DT, que se curtió después del faltazo anterior, juró no ocultar ningún episodio más. Por eso juntó al plantel para informarle la situación. Un compañero del 10, por caso, entendió que el tema iba más allá de este partido y apeló al discurso basilista para salir del brete: “No comments”, respondió vía SMS.

El directivo que sí pudo dar con Ortega fue el de mayor peso en el club, aunque también sea el que más lejos está del país. El presidente JM Aguilar, en Zurich por un compromiso de la FIFA, habló con su debilidad futbolística y habría escuchado lo mismo que el Jefe en su momento, el abatido “ya está, no quiero jugar más”.

A diferencia de otras recaídas originadas por su “síndrome depresivo impulsivo” con tendencia al alcohol, esta vez el Burrito no venía alejado de sus dos grandes motivaciones: el fútbol y, principalmente, River. Es cierto que su actual torneo no pide Selección y que el rendimiento personal viaja por una curva descendente. Después de jugar cinco fechas completas, desde la sexta que no termina en cancha y los últimos dos partidos no fueron del todo felices: le atajaron un penal y fue el peor contra Boca, y sólo una asistencia lo salvó del Chenemigo ante Argentinos. Sí, curiosamente en los mejores encuentros de River en mucho tiempo.

Ortega es impredecible. Puede aparecer hoy y pedir jugar o ni presentarse mañana por más que lo haya prometido. Sus vaivenes emocionales, lamentablemente, lo afectan a él. Y a River. Y a los hinchas.

:cry:

00:00 | RIVER / EL BURRITO:

¿CAPITULO FINAL?

“Puede ser que me retire”

Ortega, abatido, fue a la concentración el viernes a la noche y le pidió a Astrada no jugar hoy frente a Lanús. Aunque su decisión iría más allá: mal en lo personal y en lo futbolístico, ¿el ídolo dice adiós…? PABLO CHIAPPETTA | pchiappetta@ole.com.ar

De la lesión volvió desconocido. Ante Huracán y el Bicho no pareció él. Con Boca fue el peor.

“Mirá que el lunes voy a entrenar, eh…”.

Ariel Ortega le responde como puede a Olé. Es una clara y apresurada necesidad de despejar lo que todavía no se le había planteado. Es, también, la primera de las tres comunicaciones del día con el protagonista del día. A esa hora sólo se habla de su abrupta salida de la concentración. Sorpresiva, consensuada con el técnico y oficialmente con motivos reservados.

El diálogo se corta. Las versiones se acumulan. Los intentos de explicaciones del Burrito también. “Son temas personales, nada más. No es que iba a ser suplente ni nada. Y ojo que estoy al borde del desgarro”. En cada conversación se desnuda una comunicación trenzada, dañada por una tormenta climatológica y otra personal, evidentes ambas, aunque mucho más profunda la segunda que la primera.

Ariel Ortega volvió a deprimirse. Se siente otra vez aturdido por una insaciable tempestad que no lo abandona. Y así sus palabras se quiebran como la cintura del mejor Orteguita, zigzaguean indescifrables, van de acá para allá. Al último ídolo de River se lo escucha abrumado. Muy abrumado. “Puede ser que me retire”, acepta una hora después, cuando ya habían pasado casi 19 desde que le había comunicado a Astrada su decisión de, cuanto menos, no jugar hoy.

El jujeño llegó el viernes a la concentración del Monumental diez minutos antes de la hora estipulada (23.30) y, según varias personas que lo vieron, en buen estado. Charló con Almeyda, su compañero de habitación. Y después, le pidió hablar al Jefe. Ahí le comunicó al técnico que no se quedaría. Al rato, Hernán Díaz y Carucha Corti se sumaron a la reunión, pero ninguno logró convencerlo para que siguiera junto al resto de los jugadores hasta el duelo de esta tarde contra Lanús. Apenas si pudieron plantearle que se tomara la noche libre y que fuera a la práctica de la mañana siguiente. Nada. No apareció ayer y para algunos dirigentes resultó imposible hallarlo en su celular. “Ariel vino y me pidió irse. Hicimos lo posible para retenerlo, le pedí que no se fuera, pero no quiso. Los motivos quedan entre el jugador y el cuerpo técnico”, le explicó Astrada a Olé. El DT, que se curtió después del faltazo anterior, juró no ocultar ningún episodio más. Por eso juntó al plantel para informarle la situación. Un compañero del 10, por caso, entendió que el tema iba más allá de este partido y apeló al discurso basilista para salir del brete: “No comments”, respondió vía SMS.

El directivo que sí pudo dar con Ortega fue el de mayor peso en el club, aunque también sea el que más lejos está del país. El presidente JM Aguilar, en Zurich por un compromiso de la FIFA, habló con su debilidad futbolística y habría escuchado lo mismo que el Jefe en su momento, el abatido “ya está, no quiero jugar más”.

A diferencia de otras recaídas originadas por su “síndrome depresivo impulsivo” con tendencia al alcohol, esta vez el Burrito no venía alejado de sus dos grandes motivaciones: el fútbol y, principalmente, River. Es cierto que su actual torneo no pide Selección y que el rendimiento personal viaja por una curva descendente. Después de jugar cinco fechas completas, desde la sexta que no termina en cancha y los últimos dos partidos no fueron del todo felices: le atajaron un penal y fue el peor contra Boca, y sólo una asistencia lo salvó del Chenemigo ante Argentinos. Sí, curiosamente en los mejores encuentros de River en mucho tiempo.

Ortega es impredecible. Puede aparecer hoy y pedir jugar o ni presentarse mañana por más que lo haya prometido. Sus vaivenes emocionales, lamentablemente, lo afectan a él. Y a River. Y a los hinchas.

:cry:

Gracias por la noticia Nico…

Ya está Ortega ve YAAAA a internarte, no podes seguir jugando al futbol… recaida tras recaida tras recaida… :roll:

que lo invite a la quinta su homónimo (Palito) Ortega igual q hizo con Charly !

Sin palabras. Por mi que no juegue en lo que resta de campeonato.

ay ariel querido…

yo creo que tiene algun problema mental mas alla de su alcoholismo…

:cry::cry::cry::cry::cry:
Ponete bien, por vos y por River

Que lastima que un idolo como el Burro termina su carrera de una manera tan deslucida.

Pobre Ortega. No tiene ganas de curarse:cry:

Cuestion que podria mejorar si se interna YA en una clinica, pero mientras siga pensando que no tiene ningun problema, seguira en el problema .

Burrito me encanta como jugas y todo, pero antes que el jugador esta la persona

CURATE X FAVOR!!!

Que tristeza me da esta noticia por Ortega y por River.

Viniendo de Olé, todavia no creo nada.
Si es verdad, se tiene que retirar ya mismo y recuperarse.

Que triste, cuando parece que algo bueno empieza a surgir siempre aparece alguna mala noticia para arruinarnos un poco, así es River. Ortega no tiene que jugar más por lo que queda de campeonato, coincido con Bernat, que hagan con él lo que hicieron con Charly, un tratamiento SERIO y que vuelva para el clausura para retirarse estando sano.

Che pero esto es de hoy no? Digo, tantas recaídas en estos últimos tiempos que uno ya no sabe.

FUERZA BURRO!!!

lo UNICO que espero es que no se la agarren con el burro… tiene una enfermedad y necesita ayuda, esta mas que claro que debe ser muy complicado para el pedirla…

Saca “recaida” Nico, por lo menos hasta que se confirme que es por eso.

Me extraña la parte que fue él a hablar con Astrada y lo de las condiciones “anímicas”…Esto es algo que no había pasado en ninguna recaída. Yo, contra Argentinos, lo vi como ido al Burrito…como q no era feliz…Lo digo en serio, pensé que le duraba el bajón del partido con Boca…pero se ve que había algo más…

por eso puse “al parecer”

La puta madre.